El retrato de Dorian Gray

Título: El Retrato de Dorian Gray

Autor: Oscar Wilde

Páginas: 283

Editorial: Austral

Una piedra angular en los debates entre la ética y la estética, en las relaciones que mantienen el bien y el mal, el alma y el cuerpo, el arte y la vida.

«Degeneramos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de pasiones ante las que tuvimos demasiado miedo, y ante las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el coraje de ceder. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo más que la juventud!»

Leer a Oscar Wilde ha sido toda una experiencia, una experiencia verdaderamente maravillosa. He quedado prendada de su pluma, de sus reflexiones y de la poética paradoja en sus personajes, representantes de toda la belleza y fealdad del mundo, si eso es posible. Empecé a leer este libro en el kindle hace tiempo y sentí que me estaba encantando y que, por ello, debía continuar leyéndolo en físico. Ha pasado mucho tiempo hasta que ha llegado el ejemplar a mis manos pero lo he hecho, tiempo después he vuelto a coger el libro desde el principio con muchísimas ganas de disfrutar de las reflexiones, ya leídas en parte, de Lord Henry. He de decir que llevaba solo la mitad del libro cuando ya tenía en mente que era muy probable que entrase en mi lista de favoritísimos y así ha sido: me ha encantado. 

La historia en sí se traza a partir de la figura de Dorian Gray, un apuesto chico de unos diecisiete años al que definen como un ser perfectamente bello, por el que Basil Hallward, un pintor, desarrolla una adoración de lo más idealizadora. Será cuando Basil hable a Lord Henry de la existencia de este muchacho y estos se conozcan cuando comenzará la historia realmente. Comenzando a su vez también la decadencia en la figura de uno de ellos. Y es que Dorian quedará alucinado con la presencia y saber estar de Henry, quedará prendado de la manera de hablar de este de la misma forma que Basil lo está de su belleza. La historia que se irá desarrollando entre estos tres maravillosos personajes os dejo que la descubráis pero, sin duda, lo que más peso tiene en la historia son las numerosas reflexiones a las que darán lugar los numerosos encuentros entre ellos. Serán los diálogos entre los personajes lo que nos hagan enamorarnos de ellos y del autor que les ha dado vida. Han sido estos mismos diálogos los que me han hecho odiar a Lord Henry por muchos de sus comentarios, dudar de su visión de la vida, y a la vez replantearme la forma en la que la veo y vivo yo misma. No os puedo decir la cantidad de cosas que me ha aportado la lectura de este clásico porque todavía sigo asimilando muchas de las ideas leídas. El retrato que da título a la historia podría ser la conciencia del personaje que en él se encuentra. La belleza y la vanidad serán las que irán deteriorando a este ser tan puramente inocente y objetivamente cautivador. También serán estas más protagonistas en la novela que los propios personajes, pues son las que harán que estos cambien, crezcan y que, irremediablemente, les lleven a la deconstrucción de un alma que verán reflejada. 

En definitiva, esta obra relata de forma poética, llena de crudeza, realismo y a su vez mucha fantasía oscura, cómo se corrompe el alma de una persona a través de malas influencias, consecuencia de no ser crítico realmente con lo que alguien que tenemos idealizado nos cuenta. Te hará filosofar sobre muchos temas mundanos que quizás no te hayas replanteado así como te ayudará a descubrir lo que realmente es la belleza y cuánto pesa esta en nuestra sociedad.