La isla de las musas

Título: La isla de las musas

Autor: Verónica García-Peña

Páginas: 336

Editorial: Suma

Un misterio que la memoria ha velado. Un recuerdo que desvelará la verdad.

A mediados del pasado siglo XX, Ricardo Pedreira Ulloa, un escritor atormentado por la perdida de inspiración, decide volver al pazo familiar donde se crio, situado en una isla gallega. La aparición de una misteriosa mujer le devolverá su talento, pero tambien el recuerdo de una historia, enterrada por el olvido y los excesos, que se remonta al otoño de 1936. Un recuerdo a medias que lo persigue y le obliga a enfrentarse al enigma de su pasado. Una atmósfera asfixiante cuya neblina oculta una poderosa verdad.

¡Buenas tardes/días/noches! Espero que el mes de enero os haya ido genial a pesar del famoso Blue Monday. La segunda reseña del año es posible gracias a Babelio y su maravilloso proyecto 'Masa Crítica'. 

La isla de las musas es una historia con un ambiente muy oscuro, tenso, lleno de recuerdos incompletos y medias verdades. En esta historia tendremos como protagonista a un escritor llamado Ricardo Pedreira Ulloa, quien nos contará en primera persona su historia. Este narrador en primera persona me ha parecido bastante apropiado porque de esta forma conocíamos a través de sus ojos una 'realidad' que nosotros mismos a la vez que nos la contaba podíamos calificar y juzgar de real o irreal. Este escritor vive atormentado, triste, ha perdido a su musa y con ella su capacidad de escribir una buena historia. Es un individuo que se trasladará a una pequeña isla de Galicia huyendo de la inminente guerra civil del 36 que acabaría produciéndose y buscando nueva inspiración en el sitio que le vio crecer. 

Los días de Ricardo en esta isla serán aburridos, teniendo como única compañía a sus sirvientes, entre ellos Vilar, un personaje de lo más interesante que actuará como su fiel guardián, protegiéndole como hizo años atrás de todo lo que pueda hacerle daño. Un día Ricardo encontrará en su isla a una desmemoriada y bella mujer llamada Julia, esto es lo único que sabremos de ella, tendremos que esperar para descubrir quién es en realidad esa muchacha y cómo llegó a la isla. Este personaje tan fantasmagórico y curioso será sobre el que la atmósfera de misterio brote, será el que dará pie a Ricardo a escribir y, sobre todo, a recordar. Los recuerdos son el punto más importante de esta novela, ya en la portada tenemos dos frases sobre ellos: 'Un misterio que la memoria ha velado. Un recuerdo que desvelará la verdad.' El protagonista irá poco a poco y esto muchas veces podrá desesperarnos un poco, hará brotar nuestra impaciencia pero no de forma negativa porque a la vez que queremos obligarle a recordar también comprendemos por qué no quiere hacerlo. Los recuerdos dolorosos duelen menos si aprendes a olvidarlos y Ricardo comprendió que vivir sin ellos era la única forma de seguir con su vida.

El ambiente de la novela es un ambiente típico de leyendas de pueblo, de esas que se cuentan en las lagunas de los pueblos perdidos de España, de esas que intentan dar un sentido, una historia más o menos terrorífica, de fantasmas y muerte, a un lugar determinado y de las que tan fan soy desde pequeña. Este ambiente al que la autora nos ha transportado es probablemente lo que más me ha gustado de la novela. Al nivel de este ambiente está la pluma que lo ha creado, Verónica García-Peña escribe tremendamente bien, de una forma poética que te envuelve desde la primera página, a partir de una imagen en un sueño, como explica en la nota de autora al final del libro, ha sabido darle forma a unos personajes que ha terminado en una historia muy bien hilada.